Se trata de una entrevista exclusiva; es contenido propio que no se cobra ni se paga con dinero pero saber jugar representa consignar las 13 Hs. como el horario de encuentro y una mesa hospitalaria con el asadito servido. Esta honorable gentileza ha extendido la permanencia de este cronista cuya retribución exponemos a continuación. Casi sin preguntas se han sucedido numerosos “pinpones” creativos cuyo resultado prácticamente abre “comillas” hasta el final siendo ellos mismos (Albaro y Bobadilla) los únicos autores de este informe.
Desde 1995, Suburbio Rock desarrolla su trabajo musical sobre los escenarios y si bien vender discos puede ser un objetivo, la verdadera devolución que llena el alma es el amor del público o sea tocar en vivo.
Suburbio está compuesta por Leonardo y Gastón Bobadilla en voz y guitarra respectivamente, Juan Fernández en guitarra, Guillermo Albaro en bajo, Julián Paglione en batería, Ariel Dedovich en armónica y Ulises Ruiz Pozzo en teclados.
“El que llega nunca mira para atrás y eso lo devuelve al lugar que había dejado”
“Estar siempre en el anonimato y ser una banda del barrio no es lo mismo que ser una banda grosa creen todos y es una verdad a medias; cumplir sueños y encontrar metas puede ser un premio al esfuerzo en principio pero es algo que cuando se consigue necesita de otras cosas para no perderlo. El derecho a llegar es por una virtud equis llamesé talento, constancia, seriedad, profesionalismo pero el derecho de conservarlo exige otras virtudes nuevas.
Es que solo el llegar entrega la posibilidad de tender una mano a los que permanecen allá de donde todos venimos, del barro. Mostrarles el camino es una obligación, no es compasión y no cumplir con esto, es como si fueras un boxeador que no persigue retener el título de campeón.
Hay que mirar para atrás porque esta virtud que muchos olvidan es imprescindible
Uno puede tener plata y eso te abre muchas puertas… pero si sos malo, si no hay talento ni corazón no ocurre nada.
Así entonces surgen bandas que con pocas virtudes musicales, vocalistas medio pelo y nada de dinero, triunfan de todos modos porque emocionan al público, la gente quiere reir, llorar y conmoverse, quiere sentir el bajo y la batería con el estómago, con la panza, con las mismas herramientas irracionales del amor; quieren cantar, quieren bailarno quieren “contemplarlas sabiamente” como decía Cerati; quieren amar o morir.
Muchos se preocupan por la excelencia musical, eso que se estudia y se aprende con un poco de inteligencia… pero lo académico no conmueve; el don de emocionar no se aprende, solo ocurre si el propio artista lo siente, y quien se concentra en perfecciones técnicas, no tiene tiempo de disfrutarse a sí mismos ni de conmoverse.
Y es tan importante eso, que no es poca cosa que determine el propio nombre del mismísimo género musical cuando decimos que Rock significa Conmover”.
Estas consideraciones casi filosóficas mantienen la vigencia de los que jamás olvidan de donde han venido.
Prometemos una segunda entrega de Suburbio Rock con un saldo de mucho material por entregar a nuestros lectores.