La decisión de expulsar al legislador porteño Ramiro Marra de La Libertad Avanza ha sacudido las estructuras internas del gobierno de Javier Milei, generando una serie de reacciones que van desde la sorpresa hasta el desconcierto. La salida de Marra, uno de los fundadores del frente libertario, fue anunciada en la noche del miércoles y sugiere un mensaje claro: el disciplinamiento interno se ha vuelto prioritario para la administración presidencial.
La noticia tomó por sorpresa a muchos funcionarios del gobierno, quienes se enteraron de la expulsión a través de un comunicado oficial publicado a altas horas de la noche. Según fuentes cercanas a la Casa Rosada, la medida responde a una serie de desacuerdos dentro de La Libertad Avanza, especialmente en relación al voto de Marra a favor del presupuesto porteño propuesto por el jefe de gobierno, Jorge Macri. Un gesto que, en el marco de la interna del partido, no fue perdonado.
Aunque la justificación oficial para la salida de Marra fue su apoyo al presupuesto que implica un aumento de impuestos en la Ciudad de Buenos Aires, la raíz de la decisión parece más profunda. Según algunos funcionarios del gobierno, el legislador porteño no jugaba según las reglas de lo que se denomina el “triángulo de hierro” del oficialismo: Javier Milei, su hermana Karina Milei, y el asesor Santiago Caputo.
Fuentes cercanas al Presidente indicaron que Marra ya se encontraba distanciado de este núcleo desde hacía varios meses, en particular con Karina Milei, quien tiene una gran influencia en las decisiones internas del partido. El distanciamiento se tornó insostenible cuando Marra se mostró dispuesto a respaldar una medida del Gobierno porteño que contrastaba con los principios fiscales promovidos por La Libertad Avanza. Para muchos, el voto a favor del presupuesto fue considerado un acto de traición a los ideales del partido.
Para muchos miembros del gobierno, la expulsión de Marra fue un intento claro de imponer disciplina dentro de La Libertad Avanza. “Si echaron a Marra, pueden echar a cualquiera”, se escuchó en varios pasillos de la Casa Rosada, reflejando el temor de que la decisión sienta un precedente peligroso para otros legisladores que no se alineen con la línea oficial. Un ministro y un alto funcionario consultados coincidieron en que la medida responde a una estrategia de control político, sin dar lugar a debates internos que puedan desestabilizar la unidad del frente.
La falta de comunicación directa con Marra durante el proceso de expulsión también generó malestar. La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, ha sido mencionada como la figura clave detrás de la decisión, lo que refleja el creciente poder de la hermana del Presidente dentro del aparato gubernamental. Sin embargo, el respaldo implícito de Javier Milei al castigo no dejó lugar a dudas sobre la centralidad del “disciplinamiento” como valor esencial de su gobierno.
Mientras la noticia se diseminaba a través de las redes sociales, las reacciones fueron inmediatas y diversas. Algunos seguidores de la medida expresaron su apoyo incondicional al Presidente, como lo mostró el retuit de un asesor de Milei, Santiago Caputo, quien reafirmó su lealtad al partido y al líder del frente. Sin embargo, en las redes también surgieron voces críticas, pidiendo explicaciones sobre el proceso que llevó a la expulsión de un dirigente tan relevante dentro de La Libertad Avanza.
A nivel legislativo, la medida ha tenido un impacto directo. Otros referentes de la coalición, como los legisladores porteños Jorge Reta y Eugenio Casielles, también votaron a favor del presupuesto de Macri, pero no enfrentaron la misma sanción, lo que ha generado incertidumbre sobre la aplicación de criterios disciplinarios. El hecho de que algunos miembros del bloque oficialista hayan decidido fusionarse con los bloques “karinistas” de la legislatura, en un movimiento preelectoral, ha elevado aún más la tensión interna.
Por su parte, el silencio de Marra desde el anuncio de su expulsión ha alimentado especulaciones sobre su futuro político. En un breve mensaje en Twitter, el legislador anticipó que hablaría más tarde, dejando abierta la posibilidad de una réplica que podría matizar su apoyo a Javier Milei a pesar de la dura sanción impuesta.
La expulsión de Ramiro Marra ha expuesto las fisuras internas dentro de La Libertad Avanza, un frente político que, a pesar de su rápido ascenso, parece estar enfrentando la prueba de su propia cohesión. En un contexto de competencia feroz por las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires, la unidad del partido podría verse puesta en riesgo si otros dirigentes sienten que no tienen espacio para disentir.
La jugada de Milei y su entorno podría fortalecer su control sobre el partido, pero también corre el riesgo de alienar a otros referentes que no estén dispuestos a someterse a un disciplinamiento tan estricto. A medida que se acercan las elecciones, el sistema político argentino estará atento a cómo evoluciona esta situación, ya que la expulsión de Marra podría ser solo el primer episodio de una serie de decisiones que definan el rumbo de La Libertad Avanza y su relación con el electorado.
El tiempo dirá si esta expulsión será un paso hacia la consolidación de una fuerza política aún joven o si, por el contrario, marcará el inicio de una fractura que podría dificultar los objetivos a largo plazo del oficialismo.