La fiscalización se desarrolló utilizando la nueva tecnología de precisión que ARBA incorporó en su cartografía catastral. Con imágenes de alta resolución espacial fue posible encontrar, dentro de ese conjunto de edificaciones sin declarar, 700 silos que poseen una capacidad de acopio superior a las 490.000 toneladas de maíz.
Además, los equipos de fiscalización detectaron 35 criaderos de aves de corral, cámaras frigoríficas, tanques de aceite, pavimentos y otras mejoras que los propietarios de los campos nunca habían informado.
Cristian Girard, director de ARBA, resaltó que “las mejoras que sumamos en materia de tecnología satelital, el uso de drones y la capacitación de agentes del organismo nos permitieron obtener imágenes de mayor resolución y trabajarlas con eficiencia, optimizando la labor de control“.
“De esa forma, pudimos reorientar la fiscalización catastral, abarcando no solo los centros urbanos, sino también ahora el sector rural. En este caso, las acciones se enfocaron específicamente en distritos de la zona núcleo. Pero de manera paulatina se extenderán a otros partidos” .